lunes, 30 de junio de 2008

DE LO MASCULINO EN LA SOCIEDAD

De acuerdo con David Barrios, médico y psicoterapeuta sexual:

“los rasgos característicos de la masculinidad son pocos, pero consistentes y definitorios: tiene que ser importante, dinámico, independiente, poderoso, más racional que emocional y heterosexual, además de una serie de mandatos sociales fundamentales: embarazar, proteger, proveer y competir tanto en lo sexual como en lo social."
El paradigma masculino se fundamenta en la propiedad de los hombres concretos sobre las cosas del mundo y, en especial, sobre los sujetos del mundo:
las mujeres y los hijos de las mujeres.

Sus características son la creatividad y los poderes del dominio:
la racionalidad y la violencia, la conducción de los otros y las decisiones sobre las vidas propias y ajenas.”


LAS 4 REGLAS DE ORO DE LA MASCULINIDAD
Michael S. Kimmel “requisitos básicos” para ser todo un hombre :
  1. Nada con asuntos de mujeres. No se es hombre si se adoptan actitudes que pudieran sugerir algo de feminidad.
  2. Sé importante. La masculinidad se mide por el poder, el éxito, la riqueza y la posición social.
  3. Sé fuerte como un roble. Hay que resistir los embates de la vida sin quejarse y enfrentarse a los problemas sin mostrar debilidad. Los hombres no lloran.
  4. Sé audaz y violento, ya que éstos son rasgos de valentía y decisión.
Para el caso de México, Barrios agrega dos reglas más:
  1. Persigue y cógete a las mujeres, pero desconfía de ellas, excepto de tu madre, hermana o hija. Esta consigna supone que hay dos tipos de mujeres con quienes los hombres se relacionan: las mujeres ‘buenas y decentes’, y las ‘malas e indecentes’.
  2. Si no cumples con ser todo un hombre, miente, pues el engaño y los alardes no sólo se permiten, si no que son indispensables para mantener la imagen viril y formar parte del estilo de comunicación de muchos varones.
De acuerdo con Kimmell el miedo principal es:
“que otros hombres nos desenmascaren, nos revelen a nosotros mismos y al mundo que no somos verdaderos hombres. Nuestro miedo es el miedo a la humillación y la vergüenza”.

La situación específica de cada hombre se conjuga con las determinaciones de su edad, habilidades y condiciones de salud, la clase social a la que pertenece, los bienes que posee, los poderes que ejerce, su nacionalidad, afiliaciones religiosa y política, los momentos históricos que le toca vivir, las relaciones que desarrolle con otros hombres y con las mujeres.

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